Isla de Luz, 24H

sábado, 21 de febrero de 2009

Dharma




Es la responsabilidad esencial que cada uno le debe a la sociedad de seres sensibles dentro de la que nace, al medio ambiente y por último,
a nuestro "Ser" interior más alto.

El Dharma es lo que le debemos a la vida,
la vida no nos debe nada, ya que ¡nos ha regalado la vida misma!
Somos nosotros los que estamos comprometidos con ella con la finalidad de favorecer la evolución del grupo y el desarrollo personal por el solo acto de estar vivos.

Al hablar de numerología, se dice, que al momento de nacer se nos da un Dharma, esto tiene que ver con la fecha de nuestro nacimiento,
podríamos decir que es la misión que nos ha sido encomendada.
Si no aprendemos a escuchar nuestro interior, y no actuamos acorde con nuestra esencia, estaremos dentro de una vida de sufrimiento y dolor, esto es señal de que no estamos cumpliendo nuestra misión.
No hay mayor tristeza que no seguir la voz de nuestro corazón, seguir nuestro Swadharma.

El Swadharma es el camino a la alegría y la felicidad.
Tiene que ver con la tendencia psíquica individual o naturaleza,
y sus necesidades para el crecimiento.

Es muy común criticar los defectos de los demás y que no podamos ver los nuestros, Cristo nos decía:
"Como puedes ver la paja en el ojo ajeno y no puedes ver la viga que hay en tu ojo", ya que la "paja" que criticamos es la misma "viga" que no vemos, es decir, cuando nos molesta algo de alguna persona, cuando criticamos su forma de ser o conducirse, debemos detenernos a analizar si este defecto no lo tenemos nosotros, por lo general sucede un fenómeno de proyección en donde vemos nuestros defectos proyectados en la gente con la que convivimos, es como una advertencia, una señal, es la forma más directa que tenemos de vernos a nosotros mismos y corregir lo que haya que corregir.

Por eso es mejor no malgastar nuestra energía juzgando y criticando a los demás y emplearla mejor en ordenar nuestra vida, superar nuestros defectos, acrecentar nuestras virtudes para continuar en nuestro proceso evolutivo ¡eso ya es suficiente trabajo!.

Ejercicio
Como primer ejercicio medita sobre la pregunta ¿Quién soy yo?

Toma una hoja de papel, un lápiz y en un sitio tranquilo, pregúntate ¿Quién soy yo?. Haz una descripción de tus sentimientos reales "Yo siento... me gusta... me dolió que me sucediera...etc.) no se trata de enfatizar el hospital en el que naciste, la escuela en la que estudiaste o que en tu vida anterior fuiste Cristóbal Colón. Se trata de hacer una lista de tus emociones, de tus pensamientos, de que te hace feliz o infeliz, hacer un análisis de tu verdadera esencia.

"La vida, sin ser analizada, no vale la pena de ser vivida."

Sócrates

QUE ES UN MANDALA



Del sánscrito, que
indica un diagrama o
círculo simbólico,
utilizado para
meditación o también
objetivos mágicos y
místicos,
logrando asi la
meditacion necesaria.





MEDITACIÓN
Es el procedimiento
mediante el cual, un adepto
intensifica
su concentración, para
lograr un estado de iluminación,
de éxtasis o los dos
simultáneamente.

Valorar ciertas ideas
o seguir una
corriente intelectual concreta.

EL CODIGO SECRETO DEL CORAZON


Siempre se nos ha dicho que el corazón ama y siente pero,
¿es posible que también piense, recuerde, se comunique con otros corazones, ayude a regular la inmunidad y contenga información almacenada circulando a través de nuestro cuerpo?
Recientes investigaciones sobre la memoria celular apuntan a que es el corazón y no el cerebro el recipiente de los secretos que conectan la mente, el cuerpo y el espíritu.
Primum vivens, ultimum moriens
En el siglo XVII, Sir Kenelm Digby, miembro de la Royal Society, hizo un experimento con el corazón de una víbora:
tras arrancárselo y guardarlo en un lugar templado y húmedo, comprobó que latió durante veinticuatro horas.
Cuando cesó de latir lo humedeció con agua templada y el órgano palpitó de nuevo.
Luego lo cortó en varios trozos, y las partes separadas siguieron latiendo durante un tiempo prolongado.
Lo mismo ocurre con el corazón humano: aunque la cabeza se separe del cuerpo, el corazón continuará latiendo durante horas.
No en vano, este órgano, asiento de la vida y músculo central del sistema fisiológico, es "primum vivens, ultimum moriens",
el primero en vivir y el último en morir en todas las criaturas.
"Nunca estuve interesada en el sexo.
Ni siquiera pensé mucho en eso, pero ahora agoto a mi marido.
Deseo hacer el amor todas las noches y, a veces, me masturbo dos o tres veces al día.
Antes odiaba los vídeos X, pero ahora los adoro.
Me siento como una mujerzuela y cuando estoy de buen humor, realizo un striptease para mi marido.
Jamás había hecho algo parecido antes de mi operación.
Cuando le comenté esto a mi psiquiatra, me dijo que era una reacción a los medicamentos y porque ahora tengo un cuerpo más sano.
Posteriormente he descubierto que mi donante de corazón era una chica que trabajaba en un topless y actuaba como profesional a domicilio.
Creo que he adoptado su orientación sexual, y mi marido también lo piensa así".
Por extraño que pueda parecer, este relato de una mujer de 35 años a quien se le trasplantó el corazón de una prostituta de 24 años no es el único en su género. Desde principios de los años setenta se vienen recogiendo informes de personas que tras un trasplante de corazón alegan haber adquirido gustos, hábitos, aptitudes y memorias de los donantes muertos.
Hasta ahora sólo se han publicado un par de libros que recogen dichas experiencias, pero el fenómeno ya suscita una polémica parecida a la surgida hace más de veinte años con las experiencias cercanas a la muerte.
Uno de estos libros, A Change of Heart, de Claire Sylvia, recoge los cambios experimentados por la autora a raíz de una operación de trasplante;
otro más reciente, El código del corazón (Ed. Edaf), de Paul Pearsall, se enfrenta abiertamente a un dogma de la moderna ciencia médica:
la dependencia que tiene la memoria del sistema nervioso central.
Aunque tal dogma descarta por completo la posibilidad de que los hábitos puedan modificar estructuras bioquímicas que afecten al tejido del corazón, Pearsall no parece albergar dudas que el corazón, además de constituir el centro de energía más importante del cuerpo, es al mismo tiempo un mensajero del código que representa el alma.
Una propuesta tan provocadora como la suya ha supuesto que se le acuse de perjudicar al movimiento de trasplante de órganos porque hace pensar que el corazón es mucho más que una masa de células biomecánicas.
También se ha calificado a Pearsall de gurú prolífico de la auto-ayuda, pero en todo caso, su último libro ofrece una perspectiva novedosa en un campo que la ciencia no ha explorado todavía suficientemente.
Cardiología energética
Además de basarse en su experiencia personal
– la victoria obtenida por su corazón sobre un cáncer que padeció
–, en las lecciones aprendidas de los pueblos indígenas y las culturas milenarias, así como en los relatos de pacientes trasplantados de corazón, Pearsall recoge en su obra las teorías e investigaciones del neurólogo y psiquiatra Gary Schwartz y la psicóloga y codirectora del Laboratorio de Sistemas Energéticos Humanos de la Universidad de Harvard, Linda Russek, en cardioenergética.
Este campo de investigación se basa en que la energía y la información son intercambiables y la infoenergía es transportada y comunicada primariamente por el corazón.
Otra fuente utilizada por Pearsall es la teoría de la memoria celular, según la cual cada uno de los 75 billones de células del cuerpo posee varios niveles de información almacenada, depositada allí mediante la conducción cardiaca de energía.
Así pues, si la información se lleva en la energía del corazón y circula dentro de las células, las memorias de una experiencia vital que cualquier persona haya tenido pueden convertirse en nuestras propias memorias personales.
Esto explicaría el hecho de que la personalidad de los que viven con un corazón trasplantado sufra transformaciones radicales, pero la mayoría de los cardiólogos y cirujanos que realizan los trasplantes se niegan a aceptar tal posibilidad.
Alegan que, con frecuencia, el cerebro sufre pequeños derrames durante la operación que pueden dañarlo, al igual que los medicamentos utilizados para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Es probable que estos factores influyan en las transformaciones profundas y en las memorias anómalas que experimentan los trasplantados, pero eso no excluye la posibilidad de que el corazón posea un código infoenergético sutil (energía L) que contenga memorias codificadas que conserva cuando es trasplantado.
Tal vez, la clave del código esté en esa energía L, que baña el corazón.
La escurridiza energía "L"
Por desgracia, la energía L o quinta fuerza propuesta por Pearsall es extremadamente sutil e imposible de medir con los instrumentos científicos actuales.
No obstante, Pearsall sugiere que los efectos de la misma son ilimitados:
viaja más rápidamente que la luz y genera efectos no localizados como la telepatía, la curación a distancia y el poder de la oración intercesora.
Y, sobre todo, el corazón está formado exclusivamente por energía L y comunica y lleva su propia forma, aunque de un modo torpe, al campo electromagnético creado por él.
Este campo es cinco mil veces más potente que el electromagnético cerebral, por ello es posible que el corazón, gracias a su enorme energía potencial, sea el centro principal de conducción de la energía L.
La mayoría de los profesionales de la salud no reconocen la existencia de esta energía.
Cuando preguntamos al psicoanalista y quinesiólogo Juan A. González qué opina sobre las ideas de Pearsall en relación a la hipotética energía L y la posibilidad de que el corazón sea el centro principal de conducción de la misma, responde:
"Si negáramos la existencia de una energía que lleva información por todo el organismo, estaríamos negando también la existencia de los meridianos de acupuntura y la de los cuerpos sutiles.
Estos cuerpos están implicados en la concepción de la salud y están unidos entre sí por algo que llamamos el cordón de plata, que está conectado al cuerpo por el corazón.
Experimentalmente sabemos que la conexión está exactamente en el punto BP21, que es el del meridiano bazo
-páncreas, el más cercano al corazón, pero esto no confirma que este órgano contenga un código que indique quiénes somos".
Aposento de luz
Debido a que el latido del corazón responde inmediatamente a las variaciones en el estado mental
- por ejemplo, en momentos de extrema ansiedad, tensión y terror, palpita, y el pulso se acelera
- se convirtió en muchas culturas no sólo en el asiento de las emociones, sino en el del alma.
Así se dice que dos hilos de energía conectan la forma del hombre con su alma: el primero es el de la consciencia, anclado en la glándula pineal de la cabeza; el segundo o hilo de la vida se ancla en el corazón, en el nódulo sino-auricular, una masa de tejido que gobierna el latido cardiaco.
Este nódulo recibe fibras del nervio vago y se denomina en la tradición bíblica el "sendero para el aliento del Espíritu Santo".
También los hindúes consideraban al corazón la morada del principio divino.
En los escritos tántricos, el corazón es llamado el "pequeño loto de ocho pétalos", asiento de Brahma, o centro de la consciencia espiritual del hombre. Según esta visión, el nirvana se alcanza cuando la consciencia se centra en el germen de Pragna, que se encuentra en el chakra Anahata, el del corazón.
Los griegos también eran conscientes de que el corazón era la fuente de la vida y de que los diversos aspectos de la misma
- los centros de la consciencia llamados los "dioses"
- habitaban en el corazón.
Esta creencia la tomaron de los egipcios, para quienes este órgano era la morada del alma y no lo extraían del cuerpo durante el proceso de embalsamamiento, a diferencia del cerebro que extraían por las fosas nasales. Salvaguardaban el corazón con sumo cuidado para que acompañara al cuerpo en la otra vida donde sería pesado en la balanza en presencia de Osiris.
La ofrenda del corazón, sede del alma, encontró su forma más aterradora en los ritos realizados por los aztecas de México, que arrancaban el corazón del pecho de los prisioneros vivos para ofrecérselo, todavía latiendo, a las deidades del Sol y de la Tierra.
Entonces, el alma ascendía a lo más alto de los cielos aztecas.
Igualmente bárbara pero no carente de lógica es la extendida costumbre entre algunas tribus primitivas de comerse el corazón de los enemigos heroicos para imbuirse de su valor.
En algunas comunidades del pasado, los corazones de los reyes muertos se comían ritualmente.
Los de los animales también se comían para adquirir sus características, especialmente los de leopardos y leones.
Los taoístas chinos consideraban al corazón como un aposento de fuego localizado entre el cielo (la cabeza) y la tierra (el abdomen) y decían que su transmutación llevaba a la inmortalidad.
En la tradición mística occidental, el corazón es la localización de la Luz de Cristo y el propio Jesús animaba a sus discípulos a entrar en silencio en este aposento para conversar directamente con el Padre.
De corazón a corazón
Si ponemos más corazón en nuestras vidas, como sugiere Pearsall, tal vez descubramos nuevas formas de comprender la consciencia y la sanación humana.
Vivimos en un mundo regido por el cerebro.
Disfrutamos de los inventos que ha producido éste, pero el corazón nos pregunta si podremos sobrevivir en este mundo tan cerebral y si queremos vivir desconectados, hostiles y temerosos.
Así pues, aunque se pueden hacer múltiples críticas al trabajo de Pearsall, sobre todo que los datos aportados por él no están suficientemente contrastados, que son demasiado etéreos y que no demuestran que la memoria y la emoción residan en el corazón, no se puede negar que su obra ofrece una magnífica combinación de ciencia y testimonios que permite percibir la inteligencia del propio corazón.
Para tal fin, Pearsall propone la práctica de la cardio-contemplación, derivada de la técnica de cuadro congelado desarrollada por investigadores del Instituto de HeartMath (California), en la que se propone que congelemos las situaciones o las escenas de estrés para poderlas considerar desde una perspectiva más calmada y centrada en el corazón.
Esta técnica involucra el permanecer inmóviles, quietos y permitir que ocurra la respuesta de resonancia.
Sin duda se trata de una vía interesante para silenciar nuestro agitado cerebro.
Pearsall también facilita un test de comprobación de la amplitud de la energía cardiaca y un inventario cardio-sensitivo para evaluar la capacidad individual de escuchar el código de nuestro corazón y para conectar incluso con el inconsciente colectivo, es decir, "sintonizar con otro plano que se encuentra más allá del nivel en el que el cerebro se siente más confortable, el de la energía sutil L que danza entre todos los sistemas

domingo, 8 de febrero de 2009

'17 SEÑALES DE ENAMORAMIENTO'

DIECISIETE:Siempre que ves su foto te quedas mirando sus ojos.

DIECISEIS:Cuando cuelgas despues de hablar con el/ellaextrañas la conversacion con esa especial aunque hayanpasado solo 2 minutos

QUINCE:Siempremiras sus mensajes de texto o emailuna y otra vez. CATORCE:Siempre andas lento cuando vas con el/ella.

TRECE:Siempre te sientes timida/o a su lado.

ONCE:Cuando piensas en el/ella, tu corazon varapido y lento al mismo tiempo.

DIEZ:Sonries cuando escuchas su voz

NUEVE:Cuando lo/la ves, nopuedes ver a nadie másporque Todo lo que ves es el/ella.

OCHO:Empiezas a escuchar musica suave cada vez que piensasen el/ella.

SIETE:El/Ella es lo unico que piensas

SEIS:Te pones muy feliz cada vez que reconoces su olor.

CINCO:Siempre te sonries a ti misma (o) cuando piensas en el/ella.

CUATRO:Harias cualquier cosa por el/ella o por verlo (a).

TRES:Cuando hasleido este mensaje, solo una personaestaba en tu mente todo el tiempo...

DOS:Estabas tan entretenido pensando en esapersona que no notaste el numero doce.

UNO:Acabas de subir para ver lo del numero 12 y ahora estas riendote silenciosamente

Ahora, pide un deseo, sabes que quieres.

Mis pequeños corazones

 
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