Dios creó un TODO y lo llenó de vida; luego lo dividió en dos y cada una de esas dos partes reencarnó en dos seres diferentes.
Deberían evolucionar cada una a través de vidas separadas.
Así nacieron las almas gemelas, ese es el concepto de su existencia y la razón del por qué están separadas.
Sin embargo, aunque nacemos en cuerpos diferentes, la unión de esas almas no termina jamás y a través de muchas reencarnaciones estaremos juntos, cada una en un escenario diferente, viviendo vidas paralelas, con las mismas experiencias, pero no nos reconocemos desde el primer instante porque falta evolución y por eso necesitamos de otras relaciones.
Pero el reencuentro al final, es inevitable.
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