
La vida es
aquella primavera que tristemente
para algunos
no es duradera,
es que el
ser humano es como una flor
por la
mañana, pero al llegar la tarde
las hojas se
marchitan y todo se ha secado,
pero hay
algunas almas que reverdecen,
las que
comprenden la vida interior
y las flores
volverán a surgir.
Pero para
quien no ha descubierto
el mundo
interior, la vida viene a ser
como un
teatro abandonado,
no hay
aplausos, no hay risas,
solo llanto,
no queda quien escuche,
solo queda
un espejo acusador
que reclama
y se burla del esfuerzo,
porque ya no
hay como cambiar.
Si el alma
mira solo el cuerpo perderá
la frescura
del amanecer y vivirá
en la noche
de lo gritos y de los sustos,
porque la
columna más grande
con el
tiempo se debilitó,
porque la
energía ha huido .
Entonces
pobre de aquel
¿Quién lo
quiere conocer?
¿Quién
quiere escuchar sus historias?
¿Quién se
apura para caminar junto con a él?
ya nadie
está a su lado,
ni siquiera
su sombra puede ver.
Pero hay que
aclarar algo importante
no es la
edad, la enfermedad,
pero si la
vanidad de la juventud,
la cual dura
tan poco y luego
nos deja una
flor marchita,
y si el alma
no tiene valores,
el oro por
fuera, más por dentro
el hierro es
óxido y el hombre se hizo
de barro
otra vez y perdido de si
mismo del
polvo de la tierra regresa .

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